Muerte por negligencia - $650,000

Localización: Confidencial
Lesiones: Muerte injusta
Asentamiento: $650,000

En junio de 2001, el esposo de la demandante, entonces de unos 40 años, se sometió a una colonoscopia de detección debido a antecedentes familiares de cáncer de colon. Se descubrió, atrapó y extirpó un pólipo sésil de 3 centímetros. No hubo complicaciones aparentes y el paciente fue dado de alta a su domicilio.

Horas más tarde, el paciente desarrolló un fuerte dolor abdominal, sintió náuseas y comenzó a vomitar. Fue trasladado en ambulancia al hospital, donde fue atendido en consulta quirúrgica por el médico imputado. Una radiografía abdominal reveló aire libre debajo del diafragma. La historia, la presentación y la radiografía dieron como resultado un diagnóstico de un orificio en el colon. El acusado decidió a la 1 am administrarle al paciente antibióticos por vía intravenosa y analgésicos para ver si el agujero se curaba por sí solo. El acusado luego se fue a su casa.

Durante el transcurso de la noche, el paciente se volvió inestable, con una caída de la presión arterial y un aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria. Cuando el acusado regresó al hospital, la sala de operaciones no estaba disponible, lo que provocó un mayor retraso en la cirugía. Una vez que comenzó la cirugía, el acusado abrió el abdomen del paciente para descubrir que estaba “lleno de pus”. Se limpió el abdomen y se cerró el orificio. No obstante, la peritonitis del paciente había progresado a sepsis (lo que había provocado su inestabilidad preoperatoria), y falleció al día siguiente.

La demandante afirmó que su esposo tenía peritonitis difusa en el momento de la presentación y que se requería cirugía de emergencia. El caso se resolvió durante el litigio.