Después de mi accidente automovilístico el año pasado, me quedé sin palabras sobre qué hacer o cómo volver a encarrilar mi vida. Tenía que encontrar algún tipo de respuesta, así que mi mamá y yo fuimos al bufete de abogados de Allen. Allí conocimos a un abogado excepcional llamado Christopher Jones y su secretaria Yvonne.

Ambos fueron muy profesionales y se tomaron mi caso muy en serio. En ese momento sentí que me quitaban un peso de encima. Ambos se hicieron cargo completamente de mi caso y me aseguraron que todo estaría bien. ¡Y fue! ¡No tuve que mover un dedo! Lo único que tenía que hacer era mantenerme en contacto con ellos dos y ellos me mantenían informado cuando era necesario.

¡Pudieron cerrar mi caso y no podría haber estado más feliz! Aprecio lo que ambos hicieron por mí desde el fondo de mi corazón. ¡Se los recomendaría a cualquiera!